Alterar el reloj biológico del cuerpo promueve la inflamación
Virtualmente todas las formas de la Tierra se encuentran sometidas a cambios fisiológicos y de comportamiento, en ciclos circadianos o de 24 horas, que concuerdan con los cambios en la iluminación natural. Los humanos no somos una excepción. Bastantes de nuestros procesos fisiológicos, como comer y dormir, varían drásticamente entre el día y la noche. Tales procesos son controlados por un grupo de proteínas, colectivamente conocidas como el "reloj circadiano" que funcionan juntas en células individuales, captando señales de luz desde los sistemas visual y nervioso, y usando estas señales para regular la expresión génica.
El equipo de la Dra. Lora Hooper, profesora de inmunología y microbiología en el Centro Médico del Sudoeste (Southwestern Medical Center), dependiente de la Universidad de Texas, así como investigadora en el Instituto Médico Howard Hughes, en Chevy Chase, Maryland, ambas instituciones en Estados Unidos, ha comprobado en experimentos recientes que alterar el ciclo luz-oscuridad en los ratones estudiados incrementó su susceptibilidad a enfermedades inflamatorias. Esto indica que la producción de cierta clase de células inmunitarias está controlada por el reloj circadiano del cuerpo.
En el estudio se ha identificado una vía previamente desconocida por la que el reloj circadiano controla el número de células inflamatorias clave, llamadas TH17.
Este trabajo podría conducir a nuevas vías para acelerar la respuesta inmunitaria del cuerpo a las infecciones, o para mitigar esta reacción en caso de enfermedades autoinmunes en las que el cuerpo ataca a sus propios tejidos.
En la investigación también han trabajado Xiaofei Yu, Carla Green, y Joseph Takahashi. Éste último descubrió tiempo atrás los genes asociados a los relojes del ratón y del Ser Humano, y dicho hallazgo condujo a la descripción científica de un mecanismo circadiano conservado evolutivamente en los animales.